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Artículos Varios

A nuestros lectores

By marzo 28, 2019enero 14th, 2020No Comments

A nuestros lectores

 

Del Libro Almanaque Escuela Para Todos 2015


 

 

 

Cuando allá en el año de 1966 el Doctor Roderich Thun y su esposa doña Manuela Tattenbach, publicaron un artículo explicándoles por qué se había hecho el primer Libro Almanaque, quizás nunca pensaron que ese artículo iba a volver a aparecer 25 años después en la edición de 1990 y, mucho menos aún, 50 años después.

Lamentablemente, nuestros queridos fundadores don Roderich y doña Manuela, ya no se encuentran entre nosotros para poder observar cómo esa semillita, sembrada con tanto cariño hace más de 50 años, se ha desarrollado hasta convertirse en un hermoso campo cultivado, que hoy une a todo nuestro pueblo centroamericano.

Estamos seguros que, desde el más allá, ellos estarán muy complacidos al ver cómo su obra se ha materializado en millones de ejemplares publicados, que han contribuido a que nuestros lectores conozcan un poco más sobre este mundo que nos rodea.

Quizá por eso, nuestra inolvidable fundadora doña Manuela, sabia y modesta mujer que entregó su vida al servicio de las causas más nobles, en su última Carta a los Amigos del libro Almanaque del 2010, les hizo esta promesa:

Estas fueron las primeras oficinas de Escuela Para Todos. Han sido remodeladas pero permanecemos en este mismo lugar.

  • El Almanaque es un servicio al pueblo de Centroamérica y nunca deberá ser un negocio.
  • Debe respetar todas las religiones pues ellas llevan a admirar las maravillas de la Creación y el amor del Creador.
  • Debe respetar a toda persona como a un ser único que no se volverá a repetir nunca y que tiene un nombre frente a Dios.
  • Debe decir siempre le verdad hasta donde se pudo averiguar y comprender.
  • Debe ser sencillo y transparente como la mirada de un niño.
  • Debe luchar por la paz en libertad, pues sin libertad, la paz no es cierta.

Sí, una promesa que debemos cumplir siempre, porque el apego a los principios y valores que ellos nos dejaron, permanece firme y sólido en cada una de las personas que trabaja, con cariño y humildad, haciendo esta publicación para todos nuestros queridos hermanos de esta Patria Grande.

Pero nada hubiera podido lograrse sin la ayuda de ustedes, que escuchan diariamente el programa de radio y compran el Libro Almanaque cada año, convirtiendo en reali dad lo que nuestros fundadores nos recordaban a diario: “Que Escuela para Todos sea una escuela siempre abierta, donde tanto ustedes como nosotros aprendemos juntos”.

Así pues, nos honra poder celebrar nuestras bodas de oro con ustedes, reproduciendo a continuación, algunos párrafos de ese primer artículo escrito para el primer Libro Almanaque de Escuela para Todos, que al principio se llamaba Almanaque ICECU:

Algunos compañeros de Escuela Para Todos. Foto del año 1986.

“¿POR QUÉ HEMOS HECHO EL ALMANAQUE ICECU?

Este es el primer año que aparece el ALMANAQUE ICECU. Probablemente usted ha tenido en otros años un almanaque con sólo los días del año. Será la primera vez que usted ve uno en forma de libro. Al ojearlo notará que éste también tiene los días del año, las lunas, las mareas, y en fin todo lo que tiene que tener un almanaque. A la par de cada día hemos dejado una línea en blanco para que usted pueda apuntar algo que no quiere olvidar. Puede ser por ejemplo, la fecha en que nació su ternero, o el día en que le toca pagar una deuda, o la fecha en que espera la visita de un pariente. Eso y muchas cosas más, usted las podrá apuntar en este almanaque. Pero esto no es lo más importante. Hemos tratado de poner en este almanaque muchas cosas que a usted le pueden interesar. Quisimos hacer un libro que lo acompañe a usted a través de todos los días del año 1966.

Este almanaque tiene su historia y es una historia cierta. Hace 50 años vivía en Alemania un niño que tenía una abuelita muy buena, muy cariñosa, como eran esas viejitas de antes, que siempre tenían tiempo para todo y para todos. Que no eran mezquinas ni con el cariño ni con el consejo. Allá en Alemania los inviernos son muy largos, muy fríos y el niño muchas veces no podía ir a jugar. Tenía que quedarse entre la casa y entonces le decía a su abuelita: “abuelita, cuéntame un cuento”. La viejita, siempre paciente, se levantaba a coger un almanaque que contenía muchas cosas interesantes y muchas historias bellas.

Siempre encontraba un cuento nuevo para leerle a su nieto. Pasaron los años, la abuelita murió, el niño se hizo hombre y le tocó rodar tierras. Por último se vino a vivir aquí a Centroamérica. Conoció a nuestros campesinos y a sus niños y se puso a pensar que también a ellos les podría gustar un almanaque como el que tenía su abuelita. Ahora este señor espera que el ALMANAQUE ICECU vaya a ser del agrado de todos ustedes…

Además del almanaque… tenemos también un programa diario de radio que se llama ESCUELA PARA TODOS… Todo esto lo hacemos pensando en las miles de personas que no tienen la posibilidad de estudiar. Que tal vez ni siquiera han podido ir a una escuela. Para ellos especialmente es que se ha hecho el ICECU. Para llevar a la última casa, al último rancho, los conocimientos que otras personas pueden tener por medio del estudio.

En archivos como este se guardan, desde que se inició la institución, todas las preguntas recibidas con sus respectivas respuestas.

Si usted nos escribe diciéndonos qué le parece este almanaque o si le han gustado… los programas de radio, nos hará un gran favor. Sólo así podremos ir haciendo nuestro trabajo cada vez mejor, cada vez más al gusto suyo. Su opinión será una ayuda para nosotros, y con ella esperamos hacer un almanaque mucho más bonito que éste para 1967…”

Por este medio deseamos dejar constancia de nuestro sentido agradecimiento a los fieles lectores de toda Centroamérica, así como también a tantas estimables personas e instituciones que, con su valioso apoyo y colaboración, han hecho posible la realización ininterrumpida de esta publicación hasta llegar a la fecha feliz de su CINCUENTA ANIVERSARIO.

¡Muchas Gracias!


Ver texto original del libro: