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Remedios caseros

Antiguos remedios de farmacia

Remedios Caseros

 

Del Libro Almanaque Escuela Para Todos 2015


 

 

Muchos de los remedios que usaban nuestros padres y abuelos, en realidad eran recetas que los médicos preparaban para sus pacientes. Hace unos 100 años, la medicina y la farmacia estaban unidas. Eso significaba que los mismos médicos preparaban las medicinas que recetaban a sus pacientes. Era común observar en sus consultorios, un arma rio lleno de frascos y botellitas con los ingredientes que les servían para fabricar el medicamento que cada paciente necesitaba.

Con los años aparecieron en los pueblos y barrios las boticas y los farmacéuticos, que en ese entonces les llamaban boticarios. Ellos eran los encargados de recibir las recetas que mandaba el médico y preparaban la medicina correspondiente. Pero esto también fue desapareciendo cuando se crearon las compañías farmacéuticas que se encargaron de fabricar los medicamentos en grandes cantidades en sus laboratorios. Muchas de las medicinas que usamos hoy en día son simplemente las mismas recetas que hacían los médicos de antes, pero fabricadas industrialmente.

Aquí les presentamos algunos de estos remedios que todavía siguen siendo solución para muchos de los padecimientos comunes, cuyo conocimiento ha pasado de una generación a otra.


POMADA DE ÓXIDO DE ZINC

Esta pomada ha sido usada desde hace muchísimos años por los médicos y con el tiempo se convirtió en un remedio casero. Es una receta que sirve para aliviar la piel cuando hay ronchas, picazones y granos producidos por picaduras de insectos. Para hacerla se necesitan:

  • 25 gramos o dos cucharadas de óxido de zinc.
  • 10 gramos o una cucharada rasa de lanolina.
  • 90 gramos o seis cucharadas de vaselina simple.

En un recipiente de metal, que puede ser una pequeña olla enlozada, se calienta la vaselina a fuego lento hasta que esté líquida. Luego se le agrega la lanolina, revolviendo todo muy bien con una paleta o cuchara de madera. Finalmente, se le agrega el óxido de zinc y se sigue revolviendo hasta que la mezcla quede bien pareja.


ACEITES MEDICINALES

Una sustancia que resulta muy útil es el aceite de oliva, con el que se puede preparar un ungüento de aceite medicinal con hierbas como la manzanilla, el árnica o la caléndula. El aceite con manzanilla sirve para aliviar inflamaciones, picazón y erupciones de la piel. El aceite con árnica resulta bueno para cuando hay golpes y el aceite con caléndula para la piel reseca y manos o pies agrietados. Esos remedios se hacen de la siguiente forma:

  • 100 gramos o siete cucharadas de aceite de oliva.
  • 30 gramos o dos cucharadas de alguna de esas tres hierbas, según sea el caso.

            Cualquiera de esos aceites se prepara colocando en un frasco de boca ancha unas dos cucharadas de la hierba elegida. Luego se le agrega la media taza aceite de oliva. Se deja reposar de 15 días a un mes, en un lugar alejado de la luz del sol.


SAL DE INGLATERRA O SAL DE EPSOM

Esta medicina se usa tomada como purgante. Pero también sirve para aliviar los pies cansados, poniendo de 4 a 6 cucharadas de Sal de Inglaterra en una olla o palangana con agua caliente, que cubra hasta los tobillos. Luego se meten los pies y se dejan allí hasta que el agua se haya enfriado completamente. Si se desea, se le puede agregar un poquito de champú para que de una vez, los pies queden bien limpios.


POMADA PARA GOLPES Y RESFRÍOS

Sirve para aliviar golpes, dolores musculares y de reumatismo. Nuestras abuelas y también los boticarios de entonces, preparaban este ungüento o pomada casera con salicilato de metilo, mentol y alcanfor. Esta mezcla también se usaba en los casos de fuertes resfríos. Para eso se calentaba agua hasta hervirla y se le agregaba la pomada. El vapor producido servía para hacer inhalaciones.

Para preparar esta pomada se necesitan:

  • 15 gramos o una cucharada de salicilato de metilo
  • 5 gramos o una cucharadita de polvo de mentol
  • 2 cuadritos de alcanfor
  • 10 gramos o dos cucharaditas de alcohol de 96 grados
  • Media taza de vaselina simple

Para hacerla, se disuelve el mentol en el salicilato de metilo, que es líquido. Por aparte se machaca el alcanfor y se disuelve en las cucharaditas de alcohol. Se le agrega a los ingredientes anteriores y se mezcla todo muy bien. En un recipiente de metal, que puede ser una olla pequeña, se calienta la vaselina hasta que esté líquida y se le agrega a la mezcla, revolviéndola con una paleta o cuchara de madera, hasta formar una pasta uniforme. Mientras la mezcla todavía está líquida por el calor, se envasa en frascos de boca ancha, preferiblemente de vidrio o plástico, que tengan una buena tapa de rosca. Esta pomada se puede untar unas dos veces al día en la parte afectada.


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