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El cable maya

Del Libro Almanaque Escuela Para Todos 2004

 


 

 

Desde tiempos muy remotos el hombre ha tenido la necesidad de mandar y recibir mensajes. Los pueblos antiguos usaban el humo de una fogata o el ruido de tambores para avisar de algún peligro o acontecimiento importante. También se usaron palomas mensajeras y cartas. Pero los hombres continuaron buscando formas cada vez más rápidas de comunicarse.

Gracias a las comunicaciones hoy día es posible hablar con personas de lugares muy lejanos.

Hace unos 150 años se inventaron el telégrafo y el teléfono. Para que las señales pudieran viajar de un lugar a otro de la Tierra, se tendieron cables por llanuras y montañas. Y para comunicar un continente con otro se tendieron cables en el fondo del mar.

Años más tarde se inventaron aparatos para transmitir señales de radio a través del aire, sin necesidad de usar cables. Ese invento abrió el camino para que se fabricaran satélites que transmitieran señales telefónicas y otros datos a grandes distancias. Los satélites son estaciones que se lanzan al espacio y se mantienen dando vueltas alrededor de la Tierra. Se llegó a pensar que esos aparatos, suspendidos allá arriba, encima de nosotros, eran la mejor alternativa para mejorar las comunicaciones en el mundo. Pero a pesar de todas las ventajas, los satélites tienen varios inconvenientes. Son muy caros y duran sólo alrededor de 10 años funcionando bien. Además, las comunicaciones por satélite son afectadas por las tormentas.

Mapa del recorrido del Cable Maya. Además de este cable de fibra óptica en Centroamérica ya existen otros cables como el Arcos que conecta 15 países.

Por eso, últimamente las compañías de comunicaciones han vuelto a usar cables, aprovechando el invento de la fibra óptica. Así pueden transmitir millones de llamadas y datos en un mismo instante a varios miles de kilómetros de distancia.

La fibra óptica es un hilo de vidrio muy delgado, como del grueso de un pelo de caballo, y por ser tan fino se puede doblar como si fuera de plástico. Por dentro de ese hilo se transmite un rayito de luz. Ese pequeño rayo de luz se apaga y se enciende millones de veces por segundo. Unos aparatos se encargan de convertir las letras o los sonidos en señales de luz y enviarlas a través de la fibra óptica. También reciben esas señales y las transforman nuevamente en sonidos o en letras.

En el año 1997, Estados Unidos, México, Honduras, Costa Rica, Panamá y Colombia iniciaron un proyecto para hacer más ágiles sus comunicaciones con el resto del mundo.

La idea era tender un cable de fibra óptica por el fondo del mar, cerca de la costa del Océano Atlántico. Empezaría desde Colombia conectando los países de Centroamérica, México y algunas islas, llegando hasta la Florida, en Estados Unidos. Este cable tendría un largo de 4 mil 400 kilómetros.

Al fondo se ve uno de los barcos que se usan para instalar cables submarinos. En el 2001 una empresa terminó un proyecto donde instalaron 160 mil kilómetros de cable alrededor del mundo.

En 1999 se inició el proyecto con la instalación del cable en las costas de Colombia. Varios barcos con equipos y herramientas especiales empezaron a realizar los trabajos. Pero la tarea no fue fácil. No podían dejarlo tendido sobre el fondo del mar porque podía engancharse en los barcos de pesca o ser mordido por los peces grandes. Además, las corrientes fuertes del mar podrían arrastrarlo. Por eso tuvieron que enterrarlo. Comenzaron haciendo una zanja desde la playa hasta unos 5 kilómetros mar adentro. Un barco fue dirigiendo una especie de arado y así abrieron la zanja de metro y medio de hondo. Hacer esa zanja fue uno de los trabajos más difíciles, pues el fondo del mar es disparejo y está cubierto de rocas y arena. A pesar de eso, lograron ir hundiendo el cable. Lejos de la playa y a profundidades de más de mil 500 metros, el agua se mueve menos y viven menos animales. En esas partes no lo enterraron. Decidieron dejarlo apoyado sobre el fondo, con unas pesas para sostenerlo en su lugar.

Los trabajos tardaron más de un año, hasta que en setiembre del 2000 se hicieron las primeras llamadas a través de este cable. Se le llamó “Cable Maya 1”. Le pusieron ese nombre pues conecta gran parte de los territorios de los pueblos mayas.

Éste es un cable submarino de fibra óptica. Por esos delgados hilos pasan las señales de luz a tal velocidad que en un segundo podrían darle más de 7 vueltas a la Tierra.

El Cable Maya es como una manguera de pulgada y media de grueso. Lleva varios forros que lo cubren para evitar que se filtre el agua y para reforzarlo. Por dentro lleva cuatro pares de hilos de fibra óptica. Por esos hilos pasan las señales de las llamadas de teléfono. Además, también se transmiten otros datos. Unos hilos sirven para transportar las llamadas que van y otros para las que vienen. El Cable Maya es como una carretera por donde corren a toda velocidad las señales luminosas de miles de llamadas.

En los últimos 10 años se han instalado en el mundo cientos de cables submarinos uniendo los continentes. El Cable Maya ha sido conectado también con otros cables del mundo. Las señales de luz recorren en instantes esas vías llevando la voz, conectando computadoras y transmitiendo información por el mundo entero. Un solo cable de fibra óptica tiene más capacidad para transmitir datos que muchos satélites juntos. Actualmente más de la mitad de las comunicaciones mundiales se transmiten por fibra óptica porque es un medio más económico. Las señales no son afectadas por las tormentas y esos cables pueden durar funcionando unos 25 años. Los cables submarinos de fibra óptica se han convertido en las nuevas autopistas luminosas de la comunicación moderna.


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