0
Cuentos / Leyendas

El espejo de la verdad

By agosto 5, 2019enero 28th, 2020No Comments

El espejo de la verdad
(Cuento)

 

Del Libro Almanaque Escuela Para Todos 2012


 

 

A media mañana el abuelo se dirigió a la habitación que tenía de oficina. Cuál no sería su sorpresa al ver que de su espejo antiguo, que era su orgullo, solo quedaba el marco. En el suelo se amontonaban los pedacitos de cristal.

Cuando el nieto regresó de la escuela, el abuelo lo estaba esperando muy serio. Lo llevó hasta la oficina y le preguntó: ¿Quién ha roto el espejo?

El niño le respondió: –No lo sé abuelito. Antes de irme a la escuela entré aquí a buscar un libro y dejé al gatito dando saltos delante del espejo.

–¿Al gatito? –repitió el abuelo.

–Sí, abuelito. No sé qué le pasaba, estaba tan furioso que tuve miedo y salí corriendo.

–Bueno –dijo el abuelo– entonces voy a llevar al gatito a que lo examinen, por si acaso está con rabia. Porque entonces es un peligro tenerlo aquí.

–¿Y nos quedamos sin él? –preguntó el niño con tristeza.

El abuelo, disimulando una sonrisa, respondió con toda indiferencia: ¡Naturalmente!

El niño se quedó en silencio. Se sentía su lucha entre declararse culpable después de haber dicho una mentira, y el temor de quedarse sin su querido gato. Pero los buenos sentimientos fueron más fuertes y dijo: No, abuelito. El gato no tiene nada, quien rompió el espejo fui yo. Perdóneme por favor.

–Lo suponía –dijo el abuelo–, te perdono porque has confesado tu culpa. Pero me cuesta perdonar una mentira tan grande.

–Pero abuelito, solo dije que vi al gatito dando saltos delante del espejo. Fue una mentira sin importancia.

El abuelo, muy serio, le respondió: Es cierto. Pero después la fuiste aumentando. Dijiste que tenías miedo porque el gatito estaba furioso. Y la pequeña mentira fue creciendo como un globo hasta que reventó.

El niño, muy avergonzado, se quedó mirando hacia el suelo, donde se amontonaban los pedacitos de cristal del espejo roto. El abuelo entonces le dijo:

–Toma uno de esos pedacitos de vidrio. En cada uno de

ellos te verás cómo te veías en el espejo grande. Un pedazo de espejo es un espejo entero. Lo mismo sucede con la mentira, por más insignificante que parezca es siempre una mentira. Y así como el pedacito de espejo refleja tu rostro entero, la mentira también refleja el alma entera de quien la dice.


Ver texto original del libro: