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El tormento de las deudas

El tormento de las deudas

Del Libro Almanaque Escuela Para Todos 2003

 

La falta de proyectos de viviendas y de mejores caminos son parte de esa carga que sufre el pueblo debido a las deudas de su país.

 


Una persona que tenga muchas deudas que no puede pagar, está cargando con un mal que puede llevarlo a la quiebra. También un país gravemente endeudado lleva una gran carga y el pueblo lo sufre.

Los países centroamericanos y muchos otros más se encuentran gravemente endeudados.

Cualquier persona puede hacer sus negocios y gastar el dinero que obtenga limpia y honradamente para cubrir sus necesidades. Los países también son libres y pueden usar su dinero para cubrir los gastos de su gobierno y realizar nuevos proyectos.

El dinero que recibe un gobierno proviene de los impuestos que le cobra a los ciudadanos y a las empresas de su país. Cuanto más produzca el país y cuanto más ganen las personas, más impuestos recibirá el gobierno.

Un país es libre en decidir si deja o no entrar emigrantes a su territorio. Pero no es libre quien decide en provecho propio. Libertad es decidir cómo servir y ayudar a otros.

Sin embargo, a veces no se pueden construir nuevas obras ni hacer frente a problemas imprevistos. Una forma de obtenerlo es buscarlo prestado. Pero claro, no se consigue gratis. Los bancos o las instituciones que prestan dinero, cobran un interés. Esto es una práctica normal. Y el dinero bien invertido puede levantar el negocio de una persona, como también ayudar a desarrollar un país. Un gobierno puede pedir préstamos a sus propios ciudadanos o a las instituciones de su país. Esto es lo que se llama una deuda interna: cuando el pueblo le presta a su propio gobierno los fondos para realizar algunas obras.

Pero el gobierno también puede buscar ese dinero en el extranjero. En ese caso, la deuda será una deuda externa. Pero en cualquier caso será deuda pública y se deberán pagar los intereses y amortizar el capital al tiempo convenido.

La gran deuda externa de los países centroamericanos y de muchos otros, empezó hace unos 30 años. Antes de ese tiempo, la mayoría de los países productores de petróleo eran relativamente pobres y no podían alcanzar un desarrollo adecuado. Decidieron entonces ponerse de acuerdo y cobrar precios más altos por el combustible, tan indispensable en el mundo moderno. Como empezaron a tener grandes ganancias, depositaron millones de dólares en los bancos extranjeros. Los bancos a su vez necesitaron prestar esos dineros. Entonces ofrecieron préstamos favorables, que se podían cancelar en cuotas varios años después y pagando intereses bajos.

Por los bajos precios de productos como el café, el maíz y el arroz muchos campesinos han abandonado sus propios trabajos. Hoy viajan a las fábricas para ganar su sustento.

Las necesidades abundan, sobre todo en los países más pobres. Esos préstamos fueron un gran atractivo para la mayoría de nuestros países. Daban la posibilidad de construir carreteras, hospitales y escuelas; de hacer nuevas plantas eléctricas y llevar los tendidos eléctricos a las zonas rurales. Los gobiernos felices inauguraban nuevas obras y nosotros, el pueblo, aplaudíamos entusiasmados.

Pero no todos los préstamos se gastaron en beneficio de los pueblos. La ambición y la corrupción también se hicieron presentes. Se financiaron ejércitos para sostener guerras civiles. Otros empréstitos fueron destinados a construir proyectos de lujo sólo para el prestigio de los políticos. Había más preocupación en gastar que en pagar. Mientras tanto la deuda crecía. En los años de 1980 empieza a darse una nueva situación. Una crisis económica afecta al mundo. Los países desarrollados, para equilibrar sus ingresos, nos suben los intereses de los préstamos. Mientras tanto, bajaron los precios de los principales productos de exportación de Centroamérica como el café, el azúcar y el banano. Al mismo tiempo, también nosotros nos convertíamos en mayores consumidores. Además, fue aumentando el consumo de los combustibles mientras subía el precio del petróleo.

Todo esto significó para los países más pobres, llamados del tercer mundo, menos ingresos y más gastos. Desde entonces ha sido casi imposible amortizar la deuda que en vez de disminuir, sigue aumentando.

Este es el principal problema que siguen enfrentando los gobiernos de nuestros países.

De las discusiones han salido vendavales de esperanza. Algunas pocas deudas de países muy pobres, como Nicaragua y Honduras, han sido condonadas.

Algunos gobiernos gastan casi la mitad de sus ingresos sólo en pagar intereses. Se calcula que por cada 100 dólares de deuda externa, muchos países ya han pagado cerca de 120 dólares en intereses. Mientras tanto, esa deuda se mantiene.

Organizaciones mundiales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial buscan soluciones. Ofrecen nuevos préstamos más favorables a los países gravemente endeudados. A los países más pobres se les han condonado algunas deudas. Pero ponen condiciones: se deben reducir los gastos y aumentar las exportaciones para salir adelante y poder pagar. Entonces los gobiernos de estos países han optado por apoyar el crecimiento de las fábricas, de las industrias y de las grandes compañías para aumentar los productos de exportación. Y se han paralizado obras urgentes como nuevos hospitales y escuelas, todo con el fin de ahorrar. Pero a pesar de este sacrificio no se avanza en la lucha contra la deuda. Pareciera pues, que no hay solución para estos graves problemas.

No faltan políticos que digan que nuestro futuro es tan oscuro como una noche sin amanecer. Pero la verdad es que siempre la humanidad ha encontrado caminos para salir de sus problemas. Los pueblos que triunfan son los que mantienen en alto su esperanza y que a pesar de los sacrificios, no permiten que les roben su alegría y su fe en el futuro.

 


Estos son datos aproximados de las deudas interna y externa de los países centroamericanos al mes de marzo del año 2002. La suma de ambas deudas es lo que se conoce como deuda pública.


Guatemala:

Deuda pública: cinco mil 475 millones de dólares. Población: 11,7 millones de habitantes.

Deuda por habitante: 468 dólares. Deuda Interna: dos mil 645 millones de dólares. Deuda externa: dos mil 830 millones de dólares.

Con sólo el monto de la deuda externa se podrían mantener mil familias agrícolas durante dos mil 246 años pagándoles el sueldo mínimo actual de 105 dólares al mes.

 


El Salvador:

Deuda pública: cinco mil 528 millones de dólares. Población: 6,4 millones de habitantes.

Deuda por habitante: 864 dólares. Deuda Interna: dos mil 392 millones de dólares. Deuda externa: tres mil 136 millones de dólares.

Con sólo el monto de la deuda externa se podrían mantener mil familias agrícolas durante cuatro mil 20 años pagándoles el sueldo mínimo actual de 65 dólares al mes.


Honduras:

Deuda pública: tres mil 988 millones de dólares. Población: 6,7 millones de habitantes.

Deuda por habitante: 595 dólares. Deuda Interna: 174 millones de dólares. Deuda externa: tres mil 814 millones de dólares.

Con sólo el monto de la deuda externa se podrían mantener mil familias agrícolas durante cuatro mil 540 años pagándoles el sueldo mínimo actual de 70 dólares al mes.

 


Nicaragua:

Deuda pública: siete mil 347 millones de dólares. Población: 5,2 millones de habitantes.

Deuda por habitante: mil 413 dólares. Deuda Interna: mil millones de dólares. Deuda externa: seis mil 347 millones de dólares.

Con sólo el monto de la deuda externa se podrían mantener mil familias agrícolas durante trece mil 223 años pagándoles el sueldo mínimo actual de 40 dólares al mes.


Costa Rica:

Deuda pública: nueve mil 526 millones de dólares. Población: 4,1 millones de habitantes.

Deuda por habitante: dos mil 323 dólares. Deuda Interna: seis mil 126 millones de dólares. Deuda externa: tres mil 400 millones de dólares.

Con sólo el monto de la deuda externa se podrían mantener mil familias agrícolas durante mil 180 años pagándoles el sueldo mínimo actual de 240 dólares al mes.

 


 Panamá:

Deuda pública: ocho mil 401 millones de dólares. Población: 2,9 millones de habitantes.

Deuda por habitante: dos mil 897 dólares. Deuda Interna: dos mil 138 millones de dólares. Deuda externa: seis mil 263 millones de dólares.

Con sólo el monto de la deuda externa se podrían mantener mil familias agrícolas durante tres mil 125 años pagándoles el sueldo mínimo actual de 167 dólares al mes.

 


Ver texto original del libro: