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Historia

En busca de justicia

En busca de justicia

 

Del Libro Almanaque Escuela Para Todos 2003

 

 


Código de Hammurabi

HAMMURABI

Desde el principio los seres humanos comprendieron que necesitaban vivir en comunidad. Y desde los tiempos más remotos los sabios han luchado por desarrollar en sus pueblos el respeto, la justicia y el amor, como bases para poder con vivir.

El primer código de leyes que se conoce fue escrito hace poco más de 4 mil años. El rey Hammurabi, que gobernaba Babilonia, lo mandó a grabar en una gran piedra y lo colocó cerca de su palacio. Pero también mandó a grabar las l yes en tablillas de arcilla que se colocaron en varias partes de la ciudad para que todas las personas las pudieran conocer.

Hammurabi fue un hombre sabio. No permitió que hubiera leyes secretas, pues el pueblo es el único dueño de las leyes. La gran piedra con el código de Hammurabi se guarda hoy en día en un

museo en Francia.

 

 


Diosa de la Justicia del antiguo Egipto.

FARAÓN THUTMOSIS TERCERO

Este faraón gobernó en Egipto hace unos 3 mil 500 años. Cuando nombró al Juez Supremo de Justicia en su cargo, le dijo: “Los dioses odian la parcialidad. Debes actuar del mismo modo para con todos, sin fijarte quién es conocido para ti o quién es desconocido. Quién es cercano a ti o quién te está lejano. No huyas de los que te piden algo, y no muevas negativamente la cabeza cuando te hablen. Y no hagas cosas que te dice aquél que te rodea y se te aproxima.

Castigarás al culpable cuando le hayas permitido oír por lo que lo vas a castigar. No te enfurezcas injustamente contra un hombre, pero enójate con las cosas que debes enojarte… El verdadero horror de un príncipe es no hacer justicia…”.

 

 


Estatua de Moisés

MOISÉS

Moisés vivió hace unos 3 mil 300 años. Duran te 40 años condujo al pueblo judío a través del desierto hasta llevarlo a la tierra prometida. Pero también lo condujo a través de revoluciones, hambres y amarguras hasta llevarlo a un destino de unión. “De él se dijo que era el hombre más humilde que la tierra haya soportado”. El hombre humilde es como un dócil instrumento que deja resonar la voz del Altísimo y por eso le fueron confiados los Diez Mandamientos, que aún hoy día iluminan el camino de las familias y pueblos.

Cuenta la Biblia que Dios le dijo a Moisés: “Estos mandamientos no son superiores a tus fuerzas ni están fuera de tu alcance. No están en el cielo, para que puedas decir: “Que suba alguien al cielo a buscar esos mandatos…”. Tampoco están al otro lado del mar, para que tengas que decir: “Que alguien pase al otro lado y los traiga… Mi palabra ha llegado a ti… ya está en tu boca y en tu corazón…”.

 

 


SALOMÓN

Unos 400 años después de Moisés, le tocó al rey Salomón conducir el gobierno del pueblo judío. La Biblia cuenta que en un sueño Dios se apareció a Salomón y le dijo:

-Dime, ¿qué quieres que te conceda? Y Salomón contestó:

-Aunque soy un niño sin experiencia en cuestiones de gobierno, dale a éste, tu siervo, una mente capaz de escuchar para que sepa gobernar a su pueblo con justicia y distinguir entre el bien y el mal.

Y Dios lo escuchó. Le concedió lo que había pedido y además, honores y riquezas. El rey Salomón se hizo famoso por su prudencia y sabiduría. A él acudían gentes de lejanos países a aprender y a pedir juicios justos.

Una vez dos mujeres alegaban ser la madre de un recién nacido. El rey Salomón, para probarlas, ordenó que partieran al niño en dos pedazos. Una de las mujeres de inmediato gritó pidiendo que no lo hicieran. Que mejor dieran al niño a la otra. Así Salomón reconoció a la verdadera madre.

 


SOLÓN

Hace como 3 mil años los antiguos griegos se asentaron alrededor del mar Mediterráneo. Después de siglos de guerras y revoluciones, trataron de establecer una gran comunidad ordenada y pacífica. Se dice que en Grecia se dieron siete sabios. El más grande de ellos fue Solón, quien vivió hace unos 2 mil 500 años.

Solón fue llamado a gobernar cuando la situación del pueblo era dura y agitada. Como era hombre honesto y valiente no vaciló en hacer grandes cambios: anuló las deudas de los campesinos y borró todas las hipotecas. Por no poder pagar, muchos campesinos se habían vendido ellos mismos como esclavos. Solón ordenó la libertad de todos y dictó una ley de que nadie puede perder su libertad por deudas.

Otras disposiciones de Solón fueron éstas:

  • A nadie se le puede negar el conocimiento de las leyes.
  • Todo ciudadano ofendido puede levantar acusación formal ante los tribunales. Todos pueden apelar ante los tribunales populares. Todo ciudadano puede formar parte de la Asamblea de Ciudadanos. La Asamblea era la encargada de nombrar a 400 funcionarios públicos.

Luego de implantar estas leyes, Solón se fue del país por 10 años para que no lo presionaran a hacerles cambios.

 


CONFUCIO

Confucio fue uno de los más grandes sabios. Vivió en China hace unos 2 mil 500 años. Con gran sabiduría analizaba la política y el comportamiento de los gobernantes.

Según Confucio, los hombres son naturalmente buenos, pero necesitan una dirección que la tiene que dar el gobernante. Gobernar, decía Confucio, “significa conducir al pueblo por el camino recto y llevarlo al buen cumplimiento de sus deberes. Y el gobernante logra esto, ante todo por su conducta. Pues la política consiste en sostener al pueblo, proteger al pueblo y hacer que el pueblo crea en el gobierno”.

Y a los gobernantes les dijo:

“La felicidad consiste en vivir modestamente y estar contento con lo mínimo. Pues el hombre superior persigue la justicia, mientras que el hombre inferior busca el beneficio”.

 


DERECHO ROMANO

Durante varios siglos el pueblo de los antiguos griegos se extendió hasta llegar al sur de Italia. Pero sus conocimientos y sabiduría llegaron mucho más lejos, llegando hasta la antigua Roma. El pueblo romano derrotó a los griegos en muchas batallas y se instaló como gran imperio dominando enormes territorios que iban desde África hasta lo que hoy es Inglaterra. Y hacia el este, a lo que es hoy Turquía. Para mantener ese gran imperio fue necesario afianzar y propagar leyes y derechos. Se desarrolló así lo que se llama el Derecho Romano. Establece el Derecho Romano que quien se dedique a servir a la República tiene que saber que su ley suprema será velar por el bien del pueblo. Para ser servidor público tendrá que ser persona virtuosa, libre en su pensamiento y en su actuar; piadoso y respetuoso; fiel y digno. Pues la fuerza es enemiga de las leyes.

Se puede decir que el Derecho Romano imperó y se afianzó durante unos mil años. 550 años después del nacimiento de Jesucristo el emperador Justiniano mandó a recopilar y escribir las leyes y decretos. Y ese código es aún la base de los códigos de nuestros países y de los de gran parte del mundo.

 


CICERÓN

En el año 106 antes del nacimiento de Jesucristo nació Cicerón. Fue un gran político del Imperio Romano. Toda su vida la dedicó a luchar por la paz en su patria. Se le llamó “Padre de la Patria” y tuvo a veces el apoyo y a veces la enemistad de los poderosos. Llegó a sufrir el exilio. Cuando regresó a Roma, se dedicó a escribir sobre el Estado y las leyes; sobre la moral y la justicia. Hoy en día los estudiantes de Derecho tienen que estudiar los escritos de este sabio. Estas son algunas de sus frases más conocidas:

  • “Somos es clavos de la ley para poder ser libres”.
  • “Cuando hablan las armas, callan las leyes”.
  • “No hay prenda más digna de un hombre que la piedad y la clemencia”.
  • “No puede haber fortaleza donde falta la honestidad”.
  • “Lo que no es honesto, tampoco es útil: estas dos cosas son inseparables”.
  • “La injusticia es la ruina de los Estados”.

 


Juez

PUEBLOS NAHUAS

Cuando los españoles llegaron a México, quedaron asombrados por la manera en que vivían estos pueblos. La educación, el arte, la política, la religión y las leyes, se tomaban muy en serio. La educación era obligatoria para todos los niños, sin importar si eran ricos o pobres. Los sacerdotes eran quienes orientaban a los gobernantes y juntos, entre unos y otros, trataban de proclamar leyes sabias que condujeran al pueblo por sendas de justicia. Por eso era tan importante la elección de un sacerdote. Las palabras de uno de sus libros religiosos, explican cómo tenía que ser la persona que nombraban para ese cargo:

“…Aún cuando fuera pobre o miserable, aún cuando su madre o su padre fueran los pobres de los pobres… no se veía su origen, sólo se atendía a su manera de vivir… a la pureza de su corazón, a su corazón bueno y huma no… a su corazón firme…

Se decía que “tenía a Dios en su corazón, que era un sabio en las cosas de Dios…”.

 


 LOS INCAS

También en la América del Sur se encontraron los españoles con un imperio fuerte y ordenado, con un gobierno central en la ciudad del Cuzco, en Perú. Los incas no tenían escritura y por eso no es mucho lo que se sabe de su sabiduría. Su manera de administrar justicia era muy interesante. Era muy sencilla y rápida. La administraban dos clases de jueces, según lo grave del caso. Las sentencias de cualquiera de los jueces eran inapelables. Pero como podían cometer abusos o errores, el soberano nombraba a un grupo de personas conocedoras de las leyes, que de tiempo en tiempo visitaban a los jueces y conversaban sobre las sentencias. Si se había cometido alguna injusticia, era su deber repararla de inmediato. Era obligación ineludible de los jueces informar al soberano de los conflictos que se presentaban y de cómo habían sido resueltos. Con tres frases se les recordaba todos los días a los jueces y al pueblo, la conducta correcta:

“No robes, no mientas, no seas haragán”.

 


LOS DERECHOS HUMANITARIOS

Henry Dunant es el fundador de la Cruz Roja. Pero además, fue el hombre que logró por primera vez unir a varios países para juntos crear un Derecho Internacional Humanitario. Dunant hizo posible que se pusieran de acuerdo en las “Convenciones de Ginebra”. La primera convención fue en mil 864 y fueron 12 países los que aprobaron los Derechos Humanitarios que eran 10. Hoy en día, los derechos se han convertido en una larga lista de más de 600 y casi todos los países del mundo los han aprobado. Los países reconocieron que más allá de los intereses políticos, más allá del dolor que produce una guerra, más allá de las ideas, el ser humano es único, irremplazable y como tal, tiene el derecho de ser respetado y protegido por amigos y enemigos. Y que ninguna guerra puede ir en contra del desprotegido.

Algunos de estos derechos son: la protección a los heridos de guerra, a los hospitales, a los soldados heridos o enfermos, a los náufragos, a los refugiados, a los prisioneros de guerra y a los civiles en los territorios enemigos.

 


Secretario General de las Naciones Unidas, Sr. Kofi Annan, a la hora de la creación de este tribunal.

AÑO 2002: UNA VOZ DE ESPERANZA

Hoy, cuando estamos escribiendo estas palabras, se ha instalado un Tribunal Penal Internacional, en la Haya, en Holanda. 76 países del mundo se han comprometido a aceptar y respetar las sentencias que ahí se vayan a dictar.

Es un anhelo, una esperanza del mundo para lograr mayor justicia. En ese tribunal se juzgarán los crímenes que se cometen en las guerras contra los prisioneros y vencidos. También las matanzas de pueblos enteros por motivos absurdos. Igualmente se juzgará a los gobernantes que maltraten con violencia a sus pueblos o a los vecinos.

Somos casi 200 países en el mundo y los que se han comprometido a respetar esta corte son sólo 76. Ahora sólo es una gran esperanza.

Pero para que esta corte ayude verdaderamente a la paz, tendrá que tener presente las palabras de Juan Pablo Segundo: “No hay paz sin justicia y no hay justicia sin perdón”.

 


Ver texto original del libro: