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Deportes / Juegos

Fútbol en el mar

Fútbol en el mar

 

Del Libro Almanaque Escuela Para Todos 2012


 

 

En Tailandia, un lejano país de Asia, hay una pequeña aldea donde las casas están construidas sobre el agua, en una bahía o entrada de mar. En esta aldea de pescadores la gente es muy aficionada al fútbol, pero ahí nadie lo practica por la falta de espacio.

En 1986, cuando se celebraba la Copa Mundial de Fútbol en México, un grupo de niños de la aldea decidió formar un equipo sin pensar en los impedimentos que tenían.

Sin embargo, había un gran problema, y es que en su aldea no había espacio para una cancha de fútbol. De modo que, a pesar de las burlas de los vecinos, decidieron construir una cancha flotante. Todos los días, después de la escuela, se reunían con entusiasmo a pegar tablas viejas que encontraban, y poco a poco lograron construir una plataforma de madera que flotaba en el mar.

Tan pronto estuvo terminada, comenzaron las tardes de diversión. La cancha era pequeña y por eso la bola muchas veces iba a parar al agua. Pero esto no impedía que con gran pasión los niños practicaran hasta el cansancio.

Mientras tanto los adultos miraban con asombro lo que nunca imaginaron que podía suceder: tener una cancha de fútbol en su propia aldea.

Después de mucho practicar, los niños decidieron aceptar la invitación para asistir a un torneo en un pueblo lejano, aun temiendo no ser lo suficientemente buenos, ya que nunca habían jugado contra otros equipos.

Con gran alegría y entusiasmo, los aldeanos consiguieron uniformes y zapatos de fútbol para que fueran a competir. Y para sorpresa de los niños, en el torneo descubrieron que eran mejores jugadores de lo que pensaban. Las dificultades que pasaban al jugar en la cancha flotante, que era resbalosa y pequeña, los obligó a ser muy hábiles en el manejo del balón.

En ese primer torneo lejos de su aldea, los niños llegaron a semifinales. Durante el juego de la semifinal estaba lloviendo fuertemente. En el medio tiempo iban con una desventaja de dos goles. Entonces decidieron jugar como lo hacían en casa: descalzos. De esta forma lograron empatar, pero en el último minuto el equipo contrario metió un gol y no pudieron pasar a la final.

Aunque no quedaron de campeones, para la gente de la aldea se convirtieron en héroes. Ellos demostraron que muchas veces las dificultades se pueden superar cuando se persigue un sueño con fortaleza y decisión.


Ver texto original del libro: