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Agricultura y Ganadería

Historia de la Agricultura

By febrero 18, 2019septiembre 10th, 2019No Comments

Historia de la Agricultura

 

Del Libro Almanaque Escuela Para Todos 2001


Se calcula que la agricultura nació hace unos 12.000 años en el Valle del Jordán en el Medio Oriente. De allí se fue extendiendo a otros territorios.

 

 

Los científicos creen que el hombre actual o el Homo sapiens, que quiere decir hombre sabio, vive en este mundo desde hace unos 40 mil años. Pero esas primeras personas vivían de una forma muy distinta a la nuestra. No sembraban, no existía la agricultura. Para alimentarse cazaban animales y buscaban las frutas que servían para comer. No vivían en un solo sitio, tenían que caminar de un lugar a otro en busca de sus alimentos. Se protegían del frío y de la noche debajo de los árboles o dentro de las cuevas formadas entre las rocas y en pequeñas casas que construían en forma de enramadas. Eso sí, conocían el fuego y algunas veces hacían fogatas para asar la carne, alumbrarse y calentarse. Casi no se vestían y sus principales herramientas para cazar y defenderse eran astillas de madera que les servían como lanzas y unas hachas que hacían de afilados y rústicos pedazos de piedra.

Hace unos 8.000 años se descubrió el cobre y se cultivaba en Asia occidental la cebada y el trigo; se habían domesticado animales como el perro, la vaca, cabras y ovejas. Y las mujeres hilaban la lana y el lino para hacer tejidos.

Caminando en busca de mejores lugares para cazar y conseguir alimentos, los seres humanos habían llegado a otros territorios. Y hace 12 mil años ya se habían extendido pequeños grupos por casi todas las regiones de la Tierra. Recolectando las frutas, raíces y semillas, conocieron las plantas que les daban alimento. También distinguieron cuáles eran los animales que les daban mejor carne y mejor pelo y piel para vestirse. Empezaron a notar que la semilla de las plantas nacía, crecía y daba cosecha. Poco a poco aprendieron a sembrar y a cultivar la tierra. Y nació la agricultura, uno de los descubrimientos más importantes y antiguos de la humanidad.

El nacimiento de la agricultura significó trabajo y además se debía hacer en familia. Pero valía la pena ese esfuerzo para producir más alimentos, ya que eso significaría vivir mejor. Entonces trabajaron juntos hombres y mujeres con la ayuda de sus hijos. Domesticaron animales como cabras y ovejas y se dedicaron a cuidar sus rebaños. Buscaron las tierras más fértiles y las alistaron para plantar las semillas y lograron cosechar alimentos como la cebada y el trigo. Hicieron mejores casas y vivieron en hogares permanentes. Y probablemente al mismo tiempo aprendieron a cocinar y a preparar los alimentos que cosechaban.

Con el nacimiento de la agricultura se produjo una mayor cantidad de alimentos y lograron mejorar su vida; esto favoreció a las nuevas generaciones y provocó un aumento de la población.

Hace unos 7.000 años ya existían verdaderas comunidades agrícolas en Grecia y Hungría. Pero también había comunidades de indios en Centroamérica y México que cultivaban el maíz, las calabazas y el aguacate.

Pero también razonaron que lucharían mejor si estaban unidos. Entonces empezaron a agruparse y formaron los primeros pueblos. Organizados, abrieron canales para llevar el agua hasta sus aldeas y a sus sembrados. Con el tiempo inventaron nuevas herramientas para hacer más fácil el trabajo de la tierra. Avanzaron en experiencia y conocimientos hasta que lograron arrastrar un arado y jalar una carreta para llevar la carga. También aprendieron a trabajar el barro e hicieron tinajas y almacenaron los granos de consumo para las épocas en que no había cosecha.

Todo eso ocurrió con el paso de algunos miles de años. Pero sucedió gracias a que el hombre fue capaz de seleccionar las mejores plantas y animales, llevarlos a otros territorios y multiplicarlos.

Cuando los pueblos lograron organizarse mejor, tuvieron gobiernos y reyes, personas que dirigieron al pueblo. Algunos queriendo lo mejor para su gente y su comunidad, cobraron impuestos a los productores quienes debían pagar con granos, con parte de la cosecha. Esos impuestos servirían para que comieran las personas que no producían y que trabajaban en proyectos en beneficio de la comunidad. Así se mantendrían las personas que trabajaban abriendo nuevos canales a fin de transportar agua y los que construían templos. Asimismo, esos impuestos servían para mantener a los sacerdotes, a los reyes y hasta al ejército que los defendía.

Hace unos 5.000 años la agricultura se había extendido por casi toda Europa, Asia, África y América. Esto impulsó el desarrollo de los pueblos.

A la vez algunas personas se fueron especializando en el trabajo del cuero, otros en el de la cerámica y los metales como el cobre. Esas personas para vivir necesitaban cambiar sus trabajos por alimentos. Así nacieron los primeros comerciantes, quienes se ganaban la vida trayendo y llevando productos para cambiarlos por otros.

Con la práctica de la agricultura el hombre creó el desarrollo. Pasó a vivir en un mundo más moderno, con más alimentos y mejor organizado, pero a la vez más complejo. Ahora vivía ya en auténticas comunidades, donde el trabajo, el comercio y la artesanía les permitieron a las familias acumular bienes. Entonces nació la riqueza y el principio de la desigualdad. Hubo divisiones sociales entre ricos y pobres. Tal vez esa fue una mala hierba que creció dentro de la agricultura. Pero, a fin de cuentas, la agricultura fue la semilla plantada por esas personas de hace 12 mil años, la cual desarrolló al mundo moderno y hoy alimenta a 6 mil millones de descendientes, habitantes de la Tierra.


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